La fría y gruesa chapa de acero es pesada, de ella se corta con la precisión y exquisitez de bisturí Láser las ligeras piezas que componen cada escultura.


La quietud, la serenidad y la calma es lo que aportan estás esculturas en el espectador, incitándole a la observación interior y exterior, tendencia que domina al movimiento de seguir andando…


Estas podrían ser algunas de las frases o ideas que nos surgen al encontrarnos con la serie de esculturas llamadas “Portales” podríamos decir que:


El aire o el agua o el espacio no pueden ser atrapados, encerrados en ellas, porque su intención es la de insinuar , acariciar su flujo y el del tiempo o el viento que se mueven entorno a ellas.

Son como trazos de una caligrafía gigantesca que materializan lo inmaterializable, que sugieren lo indefinido : El Tao. La femenina curva se equilibra una y otra vez con la erguidas formas, la unidad Yin-Yang se materializa en forma de poema, de reflexión sobre todo aquello que nos hace sentir vivos.

En estas esculturas, sobre todo en las monumentales, hay preguntas; su identidad es la de abrir dentro de nosotros las mil y una lecturas, las mil y y una cuestiones que lejos de tener respuestas existen para decirnos que eso es la vida, la existencia, nuestro todo; un universo lleno de infinitas incógnitas que se materializan en un constante movimiento, un fluir físico, psíquico, emocional como un verso.

Lo pesado es la raíz de lo ligero, la quietud domina al movimiento

Estas esculturas son Tzu-Jan, naturaleza ya que se construyen por si mismas, sin un estudio previo, sin un diseño o boceto previo. Cuando la mente esta calmada, serena, se entra en un espacio de creación, de “acción” donde el ser interno se abre, la identidad se abandona y poco a poco un equilibrio, un movimiento, un transparencia se produce en mí… En mis manos que se mueven solas, mis ojos se turban y van apareciendo formas desconocidas que que me sorprenden, me educan, me enseñan que no hay nada definido, que el equilibrio se construye cada día, que la identidad se destruye y mece como si una ola la impulsase, ese viento desconocido que mueve unas velas, que más allá de empujar el velero de la vida, materializan la construcción de unas esculturas que viven en serenidad, calma, sosiego o Paz.

Este aprendizaje o estado esta directamente conectado con el concepto de Wu Wei, no hay un puerto al que ir, hay olas, viento y un barco que navega una y otra vez, su existencia y acción es el hecho de navegar, de jugar con las olas y el viento para alcanzar la serenidad, el equilibrio, son esculturas que se mantienen por fuerzas tan intensas como la gravedad que les aporta su estabilidad con una mínima resistencia o apoyo. Las esculturas “Portales“ hablan del ser humano y de su capacidad quizás mas humana… la de sentir.

Cuatro colores perfilan la piel de estas esculturas, de estos trazos de caligrafía Taoiana, el blanco y azul para los espacios de meditación, el rojo fuego-sangre-vida para las esculturas monumentales al aire libre en espacios públicos o privados, y el negro, para los lugares prestos a las decisiones…Todas las esculturas se expresan, materializan en estos cuatro colores y en infinitas escalas.

TAO


Elasticidad y resistencia
acero que deja de ser pesado
para ser liviano,
como un pájaro.


Palabras sin música
símbolo sin peso
fragmento
de un sonido
más liviano
que el
Silencio.


Intima sonrisa sin tiempo
sin sentido, ni concepto.

Existes por no ser
aquello que defines
aquello que insinúas
y que es
eterno,
infinito,
no pensado
creado como un verso.


Porqué lo que ves
no es,
lo que es
no existe
y lo que existe
ya es…

… otro tiempo.

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